¿Puede algo ser tan confuso e impredecible, y a su vez ser tan obvio?
El día de hoy mientras transitaba por las calles de la ciudad rumbo a mis actividades cotidianas me encontré con una situación algo curiosa.
Frente a mi, la unilateralidad del pavimento que sutilmente se dividía hasta formar dos caminos claramente trazados y completamente opuestos uno del otro.
Un camino, el de la derecha, me llevaba hacia mis labores diarias, la cotidianidad, las actividades de día a día, la obligación. Mientras que el de la izquierda me llevaba hacia lo desconocido, la espontaneidad, el querer, lo que no haces día a día...
Solo con unos cuantos segundos para analizar la situación, delante de mi se acercaba el momento de la decisión.
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Es un lindo día, nublado.
Los días nublados me hacen pensar demasiado.
Debo dejar de pensar.